Receta de Crystal Sánchez
Lo mío, lo mío es el postre, después de comer me encanta darme un gustito dulce, así sea un dátil o un puñado de pasitas, pero mi cuerpo me dice: «Crystal, como que nos falta algo» y yo pues le hago caso.
Otros días están para un postre un poquito más elaborado y pecaminoso que las pasitas, algo dulcesito y placentero, porque a eso venimos a este mundo: a disfrutar, ¿a poco no?. Desde chiquita creía que una de las mejores formas de disfrutar es comiendo y en mi casa la buena mesa nunca faltó, desde la sopa de fideo que hace mi mamá (que sigo creyendo es la mejor del mundo) hasta el guacamole que prepara mi papá o el pastel de nata de mi abuelita , siempre tuve estímulos para educar mi paladar.
Así que esta vez lo que tenía era antojo de un postrecito muuuuy cremoso, rico y suave, además quería usar mi mermelada de mandarinas. En un principio quise hacer una panna cotta, pero no tenía crema de leche y cuando la fuí a comprar tampoco encontré la que me gusta (y como creo que a una buena receta la hace la calidad de sus ingredientes, me abstuve de comprar una de menor calidad), además tenía yogur natural en casa, así que las fuerzas ocultas de mi cocina habían decidido: para nuestro postre del viernes tenía que preparar una gelatina. Así que sin pensarlo más me puse a preparar esta delicia, no quiero antojarlos, pero ¡que cosa más rica! cremosa, fresca, suave, deliciosa. Y como siempre: FACILOTA.
La verdad es que esta gelatina no le pide nada a una panna cotta, de hecho cuando la probaron me dijeron: «que rica panna cotta», y es que por la adición de la crema y la suavidad de este postre casi lo es.
Y ¿sabes que? que si no tienes mermelada de mandarinas puedes usar la que te venga en gana y consentirte con un postrecito rico y fácil. Esta receta en particular me encantó porque la mermelada tiene un toquesito amargo que se equilibra bastante bien con la cremosidad del yogur y el dulzor de la mermelada, en fin, un postre ganador: cada bocado se deshace en la boca y al final te quedas con una combinación de la cremosidad de la gelatina y el toque amargo de la mermelada.
Debo decir que si no te encanta la combinación del dulce con lo amargo, pues el resultado no te va a encantar, como a mi papá que la probo y me dijo: «esto está amargo, ahora si no te quedó», ja ja ja. Si la vas a preparar con otro sabor de mermelada, utiliza la misma cantidad de mermelada que te sugiero en la receta y vas a quedarte enamorado de esta receta.
¡Vamos a mi cocina!
Ingredientes
500 ml de yogur natural sin azúcar
250 ml de media crema
1 taza de mermelada de mandarina
1/2 de taza de agua fría
1.5 cucharadas de grenetina en polvo
Espolvorea la grenetina sobre el agua fría en forma de lluvia y deja hidratar.
Cuando esté hidratada lleva a baño María hasta que la grenetina se derrita perfectamente, también puedes llevar al horno de microondas durante 40 segundos.
Coloca todos los ingredientes en la licuadora incluyendo la grenetina muy líquida.
Lucía durante 2-3 minutos a velocidad alta para que te quede muy espumosa y suave.
Vierte en uno o varios moldes y refrigera por lo menos 4 horas. Yo refrigere toda la noche.
Para desmoldar despega las orillas con ayuda de un cuchillo y coloca el molde durante unos segundos en agua caliente. ¡Hey! solo segundos, si no se te va a derretir toda.
Ofrécela sobre una cama ligera de mermelada.