Receta de Crystal Sánchez
A veces la única forma de recuperar la estabilidad es perder el equilibrio, leí esa frase no sé bien dónde, pero se me quedó clavada en la mente durante varios días, ¿qué es el equilibrio? ¿cuántas veces he creído que estoy en equilibrio solo porque me acostumbré a irle poniendo un poco de orden al caos? dicen que acostumbrarte a algo que no te hace bien es también una forma de morir, lento y casi sin darte cuenta.
Hace tres años, cuando pasé un año bastante complejo por cuestiones de salud, lo primero que me dijo mi médico fue que llegué a ese punto y que mi padecimiento avanzó tanto porque yo me acostumbré al dolor y fui aumentando mi umbral hasta minimizarlo y aprendí a que todos los días duele y que podía vivir con eso. Un día mi cuerpo que es sabio (y al que había dejado de escuchar hace mucho) tuvo que encontrar una forma de llamar mi atención y me inmovilizó durante varios meses, fue un año complicado y doloroso, pero aprendí a no minimizar el dolor y a no acostumbrarme a él.
¿A dónde voy con esto? quizá todos deberíamos aprender a no acostumbrarnos a nada que no nos haga bien, quizá deberíamos ser un poco más conscientes y escuchar atentos cuando nuestra voz interior nos dice: no estoy cómodo, y es que nuestra voz interior es sabia, siempre sabe lo que hacer, solo tenemos que estar atentos y escuchar.

A veces mi voz interior es reflexiva, otras juguetona, a veces es creativa y muchas más me ayuda a retomar el rumbo, creo que mi voz interior es la responsable directa de que este blog exista, es la que me dicta las recetas, la que escribe esto que estás leyendo hoy y la que se burla de mi sin piedad cuando algo en la cocina no me sale como lo imaginé ; )
Esa vocecita fue la que hace unos días se puso creativa, desde temprano amaneció con ganas de jugar y me guió hasta la cocina para intentar una receta, ese día, mi amiga Priscilla venía a casa a desayunar conmigo y yo tenía ganas de darle un apapacho, sin pensarlo mucho y dejándome llevar fui usando lo que tenía a mano y el resultado fue tan placentero que al otro día repetí la receta y al que sigue también 🙂
¡Et voila! la receta es un éxito, imagina un muffin esponjoso, ligeramente dulce, aromático y que al morderlo, el sabor te explote en la boca, ahora imagina que además es Keto friendly y que es super fácil de hacer, suena bien, ¿no?
El éxito de esta receta es en gran parte la harina, yo tuve la fortuna de conseguir una harina de coco que es un sueño, delicada, aromática y super deli, recuerda que si utilizas ingredientes de calidad, obtendrás un resultado de calidad, ahora si, ¿me acompañas a la cocina?
Ingredientes
(6 a 8 muffins)
3/4 de taza de harina de almendra
1/3 de taza de harina de coco
1 cucharadita de polvo de hornear
1/4 de taza de fruto del monje (o el endulzante que desees usar al gusto)
1 huevo
1/2 taza de leche de almendra (o la que tu prefieras)
4 ó 5 cucharadas de aceite de coco
1/2 taza de blueberries

Procedimiento
Precalienta tu horno a 180 centígrados
Prepara un molde para cupcakes con capacillos en cada cavidad
Coloca en un tazón los ingredientes líquidos (huevo, leche de almendra y aceite de coco) y asegúrate de integrarlos muy bien.

En otro tazón coloca los primeros cuatro ingredientes que son los secos y con ayuda de una cuchara integra bien.

Ahora vierte los líquidos en los sólidos y asegúrate de integrar bien y deshacer los grumos.

*Si en este punto sientes que falta un poco de líquido puedes agregar un chorrito más de leche , eso depende en gran medida de la densidad de tu harina de coco.
Una vez que tengas una mezcla homogénea es momento de agregar los blueberries y distribuirlos bien por tu masa cuidando no romperlos.

Rellena con la mezcla tus capacillos hasta 3/4 partes de su capacidad

Hornea por espacio de 20 minutos aproximadamente
Una vez listos, saca del horno y deja enfriar

¡Quedan riquísimos!


Excelente inicio de semana
Un beso,
Crys